Danza
20 de Diciembre, 2022

“Susurros del viento” otro hito de la compañía movimiento

Por César Sepúlveda

Desde el 14 al 18 de diciembre se presentó en Matucana 100, la obra “Susurros del viento” de la coreógrafa nacional Carolina Bravo, en el marco de aniversario por los 25 años de historia de la Compañía Movimiento.

Lejanos se hace, y bien decir, que un cuarto de siglo ya ha trascurrido desde el estreno de la emblemática obra “Los Ruegos” (1997), coproducción chileno-francesa con los coreógrafos, Claude Brumachon y Benjamin Lamarche. Pieza considerada parte de nuestro patrimonio coreográfico, responsable de dar inicio y que hoy podamos seguir disfrutando de la existencia de esta compañía independiente de danza contemporánea.

En este viaje creativo han nacido obras como: “Altazor” (1998) de Isabel Croxatto; “Mistral” (1999) de Teresa Alcaíno; “Absance” (1999) de Claude Brumachon y Benjamin Lamarche, “Viaje a la Semilla” (2001) de Martín Eraso del Colectivo La Patogallina, “Desida” (2003) trabajo colectivo de la compañía. Al año siguiente deciden tener un receso como compañía que les tomo 10 años, donde sus intérpretes dieron riendas sueltas a sus proyectos personales, y regresar para el remontaje de “Los Ruegos” en el 2014. Luego llegó “Las Arenas del Tiempo” (2019) de Claude Brumachon y Benjamin Lamarche.

Hoy es el turno de “Susurros del viento” basada en el texto “Manifiesto. Peligros y oportunidades de la mega crisis" (2020), del escritor, filósofo, musicólogo y esteta nacional Gastón Soublette, galardonado este 16 de diciembre por la Academia Chilena de Bellas Artes, con el “Premio Academia” 2022, por considerarlo una figura trascendental para el quehacer intelectual. El trabajo coreográfico de la pieza está en manos de la bailarina y coreógrafa Carolina Bravo, quien ha tenido varias nominaciones a los Premios Altazor como mejor interpreté, obteniéndolo 2007, nominada nuevamente al premio Altazor (2013), pero como mejor coreografía por su obra “El Color del Cuerpo”, estrenada en el Ballet Nacional Chileno y siendo parte de su elenco, Premio Círculo de Críticos de Artes (2020) en mejor idea original e interpretación, por su proyecto “Memoria y Presente”.

Asistimos a la función de apertura contemplada para el miércoles 14 de diciembre, y como todo gran estreno, el Centro Cultural ubicado en el barrio Estación Central se encontraba con un gran número de público, pero también se hallaban muchas caras conocidas de la danza, Y bien, las respuestas pueden ser dos: El lanzamiento y celebración de una de las compañías más relevantes en el ambiente dancístico, pero la respuesta también puede ser, Teresa Alcaíno,

Alcaíno es una de las fundadoras de la compañía Movimiento, bailarina, docente y coreógrafa, que acaba de recibir este 13 de diciembre, el Premio a las Artes Escénicas Nacionales, Presidente de la República 2022, mención danza, estímulo que por primera vez se entrega en esta área. Y puedo decir, que se valora este reconocimiento en forma transversal en todos los que abrazamos esta actividad, ya que ella ha tenido una carrera fructífera de entrega, obra y pasión por el oficio. Lejano se hace, pero de forma muy lucida, verla bailar junto al Ballet de Karen Connolly en programas de televisión como Sábados Gigante, Martes 13, Teleduc a mediados de los 80, presidir el Sindicato Nacional de Danza Independiente (SINATTAD), y en su trabajo coreográfico recordamos indudablemente a “Mistral”, que aborda la vida y obra de nuestro Premio Nobel de literatura Gabriela Mistral, pieza que tiene sello de patrimonio coreográfico, además de haber sido nominada al premio Altazor 2001 como mejor coreografía.

Con toda esta antesala de antecedente que ponen piso a lo que vamos a ver, “Susurros del viento” ya tiene bastantes puntos altos, que vislumbran lo que veremos sobre el escenario y que probablemente sea buena obra de danza.

Entrando en materia:

Coreográficamente, tiene un buen desarrollo. Inicia con una gran diagonal donde los bailarines van entregando antecedentes de este trance y conflictos tantos personales como territoriales, y digo esto tomando las palabras de Soublette en su manifiesto: "Todavía es tiempo de reflexionar, creen algunos, para enfrentar lo que viene con una buena conciencia que nos proteja y nos libre de los peligros de una crisis que ya todo lo abarca. Como dice el refrán popular, todavía es tiempo de que abras tu ojo si no quieres que te lo abran”. Estas frases circulan en toda la obra con un buen manejo de piso, acompañados por solos, dúos, sextetos que van dando paso a nuevos cuadros, para terminar con esta misma diagonal del inicio, pero con un sentimiento y movimiento muy distinto al de la apertura.

El diseño integral está a cargo de Katiuska Valenzuela, y en la asistencia de diseño Tatiana Pimentel, podemos decir que es impecable, una iluminación atractiva en todo el desarrollo de la obra, el telón de fondo que muestra nuestra cordillera, nos hace ser parte de la historia que nos cuentan, el vestuario acertado en lo general, pero también para cada intérprete sacando partido a cada cuerpo, una buena musicalización a cargo de la creación y producción musical de Benjamín del Río. Es decir, en cada punto donde uno se detiene, se visualiza una dedicación digna para una pieza que tiene la responsabilidad de ser el festejo de una de las compañías más importantes de nuestra parrilla dancística.

La interpretación está a cargo de Vilma Jiménez, Andrés Maulén, César Cisternas, Magdalena Bahamondes, Teresa Alcaíno, Natasha Torres y Cristian Hewitt, que desarrollan un trabajo comprometido en lo emocional y dancístico, mención especial a la labor de Hewitt en su solo, de bellos fraseos, energía y belleza.

En resumen, la elección de Carolina Bravo para tomar la responsabilidad coreográfica de una obra que festeje 25 años de trayectoria de una compañía apreciada en nuestro ámbito, que ya tiene varias piezas en la línea de patrimonio coreográfico en su haber, es totalmente acertada y entrega nuevos bríos. Los intérpretes son fuertes exponentes de nuestra danza y el equipo técnico estuvo a la altura de este festejo.