Danza
25 de Noviembre, 2025

Back Home: Una tremenda obra de danza contemporánea

Por César Sepúlveda V.

Con solo dos funciones, el sábado 22 y domingo 23 de noviembre a las 20:00 horas en el Centro Cultural Ceina, se presentó Back Home de la compañía Human Roots, dirigida por Gonzalo López y Karlee Vadalabene-Donley.

Existen cinco de los doce intérpretes —además de su director— que forman parte del Ballet Nacional Chileno. Y, si bien me resisto a realizar críticas al elenco nacional debido a mi cercanía como exintegrante, el trabajo presentado por Human Roots amerita este comentario. Considero necesario dejar claro que la condescendencia jamás formará parte de mis valoraciones. Dicho esto, avancemos con su análisis y evaluación.

La temática de la obra, según su propio texto, propone literalmente “un viaje coreográfico sobre la migración, la transformación y el retorno a las raíces, explorando la relación entre naturaleza e identidad”. Y, si bien en los primeros minutos me preguntaba cómo se visualizaría esta idea migratoria y todo lo que implica, bastaron apenas unos segundos para comprenderlo.

Se reveló ante mí con la claridad del reflejo del agua cuando esta se aquieta, desplegándose frente a mis ojos sobre el escenario. La vida misma de estos maravillosos intérpretes constituye la materia prima y la razón suficiente para ser contada —o bailada—.

Karlee, integrante del BANCH, es de origen estadounidense. Estudió en Missouri, Carolina del Norte, bailó en Suiza y en Israel, y finalmente llegó a Chile en 2024. Por su parte, Gonzalo inició sus estudios en Iquique, en el norte de nuestro país; luego viajó a Suiza, bailó en Israel y también llegó a Chile ese mismo año.

Ambos conocen profundamente lo que significa migrar y establecer territorio. En el elenco, conformado por bellos y talentosos bailarines, también hay historias que merecen ser danzadas: Jimena González, bailarina argentina; Frederick Martínez Díaz, chileno que bailó varios años en Brasil; Eduardo Díaz, bailarín venezolano que hoy integra el Ballet de Santiago; Mariel Bracamonte, de Antofagasta; Jorge Cortés, quien inició su formación en Puerto Montt; y Amy Rojas, Cristian Vergara y Annely Olivares, de Arica. Muy probablemente, también los cuerpos de Isidora Dubo, Daio González y Gerardo Garrido —magníficos intérpretes— contribuyen a este equipo talentoso y comprometido.

Y bien, si amar este oficio que es la danza —y de la que estoy convencido de que uno no la elige, sino que es ella quien te habla y te escoge— significa seguir el camino que ella misma indica, entonces Back Home es testimonio vivo de lo que implica danzar la propia historia, o bien ir a su encuentro y al lugar que te llame.

La obra, de una duración cercana a una hora, despliega bellos fraseos coreográficos cargados de variaciones en el tiempo, delicadas cualidades de movimiento, un manejo preciso del tempo y transiciones armónicas, donde el viaje transita en lo sublime como constante. La música es acertada y contribuye de manera significativa a este desplazamiento o viaje escénico.

El diseño de vestuario es de Aviad Arik Herman, con acertados colores tierra. Mientras los observaba, pensaba en el norte de nuestro país o en la selva de Brasil, quizá por el verde que vestía Frederick. La confección, a cargo de Fernanda Guzmán Lemuñir y Antonia Rubio Henríquez, permitió que cada intérprete contara su propia historia y luciera bajo este vestuario. La iluminación de Nicolás Jofre fue igualmente acertada, creando momentos sublimes.

Si bien cada cuadro o escena fue un momento agradable de fluidez, sutileza, fuerza interpretativa y belleza, quiero destacar —simplemente porque no la conocía— el potente trabajo de la bailarina Daio González en el dúo realizado junto a Jorge Cortés.

En resumen, un magnífico trabajo, donde el significado y el significante se hicieron presentes en los cuerpos de los intérpretes, y donde la danza estuvo viva en todo momento, como el viaje de doce gotas de agua —cada una de ellas ligada a distintos lugares, desde Argentina, Estados Unidos, Brasil, o el norte y sur de nuestro país— que recorren un río hasta desembocar en un océano de movimientos danzados sobre el escenario. Felicitaciones y gracias por regalarnos danza, danza y más danza.