Congruente resulta la puesta en escena de la obra Apoptosis de la compañía Teatro Adverso. Esto porque, según se lee en sus publicaciones, su mirada del teatro se enfoca en llevar a las tablas, con base autobiográfica, las adversidades de la vida. De tal modo, se entiende que una experiencia tan límite, como es enfrentar un cáncer, haya dado lugar a una comedia negra cuyo eje dramático es no solo lo que físicamente conlleva una enfermedad que trastoca el mundo del individuo, sino también todo lo que implican los cuidados de la mente y del cuerpo y, por supuesto, la importancia del acompañamiento.
Lo que vemos representado, entonces, es la sublimación estética de una situación dolorosa. En términos de puesta en escena, quien lleva el peso de la obra es Catalina Villanueva, protagonista y autora del texto dramático basado en su vivencia del cáncer y en todas las reflexiones que esta experiencia le provocaron.
La “apoptosis”, el término que da título a la obra, es un proceso celular específico que el cuerpo usa para deshacerse de células innecesarias o anormales, pero este se bloquea en las células cancerosas y produce un tumor. Así se lo explica la Señora, una enferma de cáncer, a Mariángel (Sofía Zambrano), la enfermera que la cuida en calidad de sirvienta, porque es inmigrante y no se le han reconocido sus estudios. Con ella, la Señora establece una relación extraña, pues al tiempo que agradece sus cuidados, también siente desconfianza, porque la ha sorprendido en “robos hormiga”; se lleva las bolsitas de té. Este hecho establece el conflicto dramático: la Señora debe decidir si hacer o no caso omiso de ello, porque la necesita.
Las escenas destinadas a mostrar la relación entre ellas es lo que mejor funciona en la obra, pues los rituales que resultan metateatrales, e incluyen cantos y hasta bailes, enriquecen el humor negro en momentos precisos y aportan a la dinámica de tensión y distensión dramática. No obstante, el tono cambia bruscamente con la aparición en escena del Señor (Cristián Hidalgo), el marido, quien será el encargado de despedir a Mariángel a petición de la Señora.
La interacción a solas entre el Señor y Mariángel, quien conoce un secreto de su patrón, eleva el conflicto, pues no será tan fácil echarla de la casa; sin embargo, el diseño dramático del personaje del Señor y los acontecimientos desencadenados por su comportamiento algo errático, se apartan un poco de la atmósfera íntima de la obra, cual es poner en relieve la compleja situación del personaje de la Señora: experimenta contradicciones, inseguridades, temores e incomprensión. Es decir, el cáncer la consume en todas sus esferas.
La obra dirigida por Juan Francisco Olea, ve enriquecida su puesta en escena con los juegos de iluminación y el diseño sonoro que incorpora ciertas arias de ópera, las que conectan bellamente con los estados interiores de la Señora. Apoptosis, entonces, resulta una experiencia original que logra interpelar al espectador a través de la excelente herramienta del humor negro y da lugar para la conversación posterior. Y esa es una importante función del arte teatral.
Ficha artística
Dirección: Juan Francisco Olea.
Dramaturgia: Catalina Villanueva.
Producción y difusión: María José Ahumada.
Elenco: Catalina Villanueva, Sofía Zambrano, Cristián Hidalgo.
Diseño Integral: Laurene Lemaitre.
Diseño sonoro: Cristián Duarte.
Asesoría dramatúrgica: Juan Pablo Troncoso.
Asesoría Técnica: Francisco Jara.
Diseño gráfico: Daniela Guzmán Bertini
Fotografía: Daniel Corvillón
Realización de vestuario: Javiera Labbé
Jefe técnico: Manuel Pérez
Funciones hasta el sábado 24 de mayo en la Sala Agustín Siré, Morandé 750.