13 de Enero, 2020

Palabras de apertura Premiación lo mejor del 2019

Por Carlos Correa Acuña

Sr Juan Carlos Silva, Subsecretario de las Culturas, las Artes y el Patrimonio
Premiadas y premiados 
Socias y socios del Círculo
Amigas, amigos

Muy buenas tardes

Primero, gracias a la Corporación Cultural de Las Condes, en la persona de su director Francisco Javier y por su puesto a Carmen Gloria. Gracias a todo el equipo que forma parte de este Centro y que ha sido fundamental para poder realizar nuestras reuniones y ahora nos acogen en esta sencilla premiación.

Gracias a todos quienes hoy nos acompañan, pues representan a los mejores exponentes del 2019 en las Artes en Chile, un camino sin descanso, creativo, innovador y que crece cada día con más fuerza.

Quisiera comenzar destacando una noticia que hemos conocido ayer. La Pontificia Universidad Católica de Chile ha alcanzado un acuerdo con Copesa para hacerse cargo de Radio Beethoven, que estuvo al aire por 38 años y finalizó sus transmisiones en noviembre pasado con el hondo pesar del mundo cultural. Estará ahora en el dial 97.7 y una vez que se completen los trámites legales podría iniciar sus operaciones durante el primer semestre de este año. Sin duda esta es una gran noticia que agradecemos y celebramos con alegría; y a mi en lo personal, me emociona profundamente.

Desde que fuera fundado el año 1955, nuestro Círculo de Críticos de Arte de Chile está conformado por especialistas de distintos medios. Se ha cimentado como una agrupación que reconoce a los valores más destacados en las distintas disciplinas artísticas lo que se ha convertido en una tradición en el ambiente cultural chileno. Es así como cada año escogemos a los artistas que han brillado en la temporada anterior.

En la Asamblea que realizamos en diciembre pasado, esta vez no solo discutimos sobre los premios. Estábamos viviendo -y aun lo estamos- semanas de mucha incertidumbre. El estallido de violencia producido el 18 de octubre y las sentidas demandas sociales que desde allí surgieron no habían dejado a nadie indiferente, y menos a nosotros. Sobre la realización de esta premiación teníamos ánimos y opiniones muy diversas que iban desde no hacer nada como una señal sobre lo que estaba sucediendo hasta mantener lo que normalmente hacemos cada año. La conversación fue muy rica en participación y matices -algo diametralmente opuesto a lo que vemos cotidianamente donde todo parece estar en blanco o negro-. Finalmente y de común acuerdo -también algo ausente en estos días- decidimos efectuar esta ceremonia porque consideramos imprescindible premiar el arte y dar a conocer estos premios públicamente como un reconocimiento a todos los artistas involucrados. A la luz del discernimiento de la Asamblea, decidimos cambiar el formato de la premiación, hacerla diferente a lo habitual, austera y muy sencilla, acorde al momento en el que nos encontramos como sociedad.

La suspensión de obras de Teatro, de Conciertos, la postergación de estrenos de cine, etc. tuvo efectos que influyeron naturalmente en la cantidad de obras y posibles premiados. Lo sentimos fundamentalmente por el arte, por espectáculos que no pudieron presentarse, porque de alguna forma el estallido provocó un apagón cultural durante las primeras semanas. Sin embargo, cada comité consideró importante premiar lo que ya se había presentado y por cierto todo aquello que cobró vida -porque también surgieron otras expresiones- durante octubre, noviembre y la primera semana de diciembre que fue cuando nos reunimos.

Las siete disciplinas que conforman el Círculo -Artes Visuales, Cine, Danza, Literatura, Música, Ópera y Teatro- son trascendentes y cada año hay una variada actividad en torno a cada una de ellas. Es más, cada vez nos resulta más difícil elegir los premios porque el nivel del arte que se exhibe en Chile -y así lo constatamos cada año- es cada vez mejor. Sin embargo hay un punto que quisiera profundizar que se refiere al acceso a dicho arte, es decir quiénes tienen la opción de poder estar presentes, quiénes tienen la oportunidad de vivir la experiencia de dejarse transformar por diversas expresiones artísticas. Allí apuntamos muchas veces nosotros los críticos; sentimos como una necesidad el impulsar que este acceso sea cada vez más amplio para permitir con ello que el arte realmente sea transversal, que no quede solo en una elite y que las oportunidades para acceder las tengamos todas y todos por igual. El arte no es para unos pocos privilegiados, no es de unos pocos privilegiados; es patrimonio de todos nosotros. Por ello también es una gran demanda social en la que Chile aún está al debe.